Circulación del viento
En general, el viento es la circulación de masas de aire,
provocada por diferentes causas pero con un denominador común: el gradiente de
energía. La Tierra recibe del Sol luz y calor, pero a causa del grado de
inclinación sobre su eje, las zonas ecuatoriales y tropicales son las que
reciben la mayor parte de esta energía, estableciéndose un gradiente entre el
ecuador y los polos. Este gradiente de energía es el que determina la
circulación general de la atmósfera, funcionando como una bomba que traslada el
calor ecuatorial hacia ambos polos.
A pequeña escala, es posible visualizar este gradiente en
las brisas terrestres y marinas. Durante el día, la tierra se calienta más
rápido que el mar, provocando el ascenso del aire superficial, por diferencia
de densidad, en la atmósfera. Esto provoca bajas presiones relativas que
facilita la entrada de aire del mar, más frío. Son las denominadas brisas
marinas. Durante la noche sucede el fenómeno contrario. La tierra pierde con
más rapidez que el mar el calor acumulado durante el día. Esto provoca un
ascenso del aire marino (más cálido) y, en consecuencia, bajas presiones
relativas sobre el mar. El aire marino ascendente es reemplazado por aire
procedente de la tierra, más frío. Son las denominadas brisas terrestres.
A escala planetaria, el fenómeno es similar, aunque mucho
más complejo. En el ecuador existe un cinturón de bajas presiones que rodea al
planeta denominado Depresión ecuatorial, provocado por la ascensión del aire
caliente producido en esas latitudes. Al subir, el aire se enfría en contacto
con las capas altas de la troposfera y pierde gran parte de la humedad que
contenía, que generalmente la descarga en forma de lluvia, volviendo a
descender. Según se aprecia en la figura inferior, este movimiento de masas de
aire genera un flujo de aire, o célula de convección, célula de Hadley.
Al igual que el ascenso del aire caliente genera el
cinturón de bajas presiones ecuatorial, el aire que desciende genera núcleos de
altas presiones. La distribución de los núcleos de altas presiones no es
idéntica en ambos hemisferios. En el Hemisferio Austral existe un cinturón de
altas presiones conocido con el nombre de Cinturón subtropical de altas
presiones, cuyo eje se sitúa en torno a los 30º de latitud Sur. En el
Hemisferio Norte, la mayor presencia de masas continentales provoca que no
exista un cinturón de altas presiones como en el caso anterior. Por el
contrario, la situación de las altas presiones varía según la época del año.
Durante el invierno, el aire sobre los continentes está
más frío que el que se encuentra sobre el mar. Esto genera la aparición de
bajas presiones en el mar, siendo las más importantes las denominadas Baja
Aleutiana, que se sitúa sobre el Pacífico, y la Baja Islándica, sobre el
Atlántico. Sobre los continentes se generan centros de altas presiones, siendo
los más importantes la Alta Siberiana, que se sitúa en el centro de Asia, y la
Alta Canadiense, que se localiza en el norte de Norteamérica. Durante el
verano, la situación es inversa. En esta estación, los continentes están más
calientes que el mar. Por esta razón, sobre ellos se forman sistemas de bajas
presiones, mientras que sobre el mar se forman altas presiones. Las más
importantes son la Alta de las Azores, que se sitúa sobre el Océano Atlántico,
y la Alta Hawaiana, sobre el Pacífico.
Las áreas de bajas presiones están relacionadas con el
tiempo lluvioso y borrascoso. El aire superficial es cálido y húmedo. Al
ascender, el aire se enfría y pierde gran parte de su capacidad de retener el
vapor de agua, por lo que esta se condensa y precipita, convirtiéndose en
lluvia.
Debido a la rotación de la Tierra, cualquier fluido en
movimiento a lo largo de un gradiente no lo hace de manera rectilínea. La
dirección de este fluido experimenta una desviación provocada por la denominada
fuerza de Coriolis. En el Hemisferio Norte, la desviación se produce hacia la
derecha, mientras que en el Hemisferio Sur es hacia la izquierda. El aire, como
cualquier otro fluido, experimenta dicha fuerza en su movimiento.
Tal como se ha explicado, el aire asciende en el cinturón
de bajas presiones ecuatorial y vuelve a bajar en las zonas de altas presiones.
Desde estas zonas, vuelve a desplazarse hacia el ecuador por la superficie,
siguiendo el gradiente de presión, en forma de viento. Debido al efecto de las
fuerzas de Coriolis, el viento sufre una desviación hacia la derecha en el
Hemisferio Norte y a la izquierda en el Sur. Estos vientos se conocen como
vientos Alisios, y siempre soplan de Este a Oeste.
La mayor parte del viento que sale de las zonas de altas
presiones vuelve hacia el ecuador. Pero, una parte de éstos sigue hacia los
polos. En su camino, vuelven a calentarse y, en consecuencia, ascienden. En el
Hemisferio Sur, este fenómeno genera la aparición del denominado Cinturón
subantártico de bajas presiones. El aire, una vez en el límite de la
troposfera, parte de él vuelve hacia el cinturón subtropical de altas
presiones. Otra parte se dirige en dirección al Polo Sur, formando un centro
permanente de altas presiones conocido como Alta polar.
En la zona de contacto entre el Cinturón subantártico de
bajas presiones y la Alta polar, a nivel de la superficie, se forma un cinturón
de vientos de componente Este. Estos vientos, debido a la ausencia de grandes
masas continentales, suelen ser muy persistentes y llegan a alcanzar altas
velocidades.
En el Hemisferio Norte, debido a la existencia de grandes
masas continentales, el aire que fluye desde las zonas de altas presiones hacia
el Polo Norte se comporta de manera diferente. Como se ha visto anteriormente,
se suceden zonas de altas y bajas presiones según la época del año. En estas
latitudes, debido a la fuerza de Coriolis, los vientos en altura presentan una
componente Oeste mayoritaria. Estos vientos en altura, al permanecer sobre las
áreas polares, generan un gran vórtice donde la presión atmosférica disminuye.
Esto se conoce como Baja Polar.
La zona de contacto entre los vientos de la Baja Polar,
fríos y secos, y los vientos subtropicales, cálidos y húmedos, generan una zona
muy inestable denominada Frente polar.
Debido al flujo de estos vientos, el
frente polar es frecuentemente perturbado, apareciendo amplias ondulaciones en
sus límites (ondas de Rossby) en las que el aire polar se mueve en dirección
sur y el aire subtropical lo hace en dirección norte. Este fenómeno está
asociado a la aparición de las borrascas. Al final, la ondulación se separa de
la zona de bajas presiones polares y se disipa en el aire subtropical. Asociada
al frente polar se encuentra una masa de aire en altura que se desplaza a altas
velocidades.
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